En un mundo donde cada oportunidad puede cambiar una vida, las jóvenes de Casa Hogar Santa Julia Don Bosco están demostrando que la educación, el amor y la perseverancia pueden romper ciclos de dificultades y abrir puertas a un futuro más brillante.

El 30 de julio, dos residentes de Casa Hogar alcanzaron un hito notable: graduarse como Auxiliares de Enfermería Certificados. Su camino, desde la adversidad hasta el éxito, refleja no solo su valentía individual, sino también el cuidado y la dedicación colectivos que definen la misión de Casa Hogar de inspirar y empoderar.

Fundada en San Miguel de Allende, Casa Hogar ofrece un entorno seguro y acogedor para niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad, ofreciendo refugio, educación y apoyo emocional. Mediante programas estructurados, mentoría y orientación individualizada, la organización ayuda a sus residentes a recuperar la estabilidad, descubrir sus fortalezas y visualizar un futuro autosuficiente.

La ceremonia de graduación, celebrada en La Casona San Miguel de Allende, fue una celebración llena de orgullo y alegría, no sólo para las dos nuevas graduadas, sino para todas las chicas que ven en ellas lo que es posible con persistencia y oportunidad.

“Para nosotras, cada historia de éxito es un recordatorio de que el amor, la estructura y la fe pueden transformar vidas”, compartió la Hermana Ma. Angélica Duarte Gómez. “Estas jóvenes acudieron a nosotras buscando seguridad, y ahora salen al mundo como mujeres fuertes, educadas e independientes. Esa es la verdadera misión de Casa Hogar”.

Para los graduados, este momento les cambió la vida. "Cuando llegué, tenía miedo y no estaba segura de mi futuro", dijo una nueva auxiliar de enfermería. "Ahora sé que puedo valerme por mí misma, ayudar a los demás y construir la vida que una vez solo soñé. Casa Hogar es mi familia; me dieron la oportunidad de creer en mí misma".

Para las niñas más pequeñas del hogar, la ceremonia fue profundamente inspiradora. Se vieron reflejadas en las graduadas, prueba de que sus sueños también están al alcance. Fue un día que recordó a todos los asistentes que la transformación no se logra con grandes gestos, sino con un ritmo constante de cuidado, constancia y amor.

Con el apoyo de SMCF, Casa Hogar continúa brindando a sus residentes acceso a educación de calidad, programas de desarrollo personal y capacitación profesional. El financiamiento de SMCF garantiza que niñas y adolescentes no solo tengan un hogar seguro, sino también las herramientas para construir un futuro con dignidad e independencia.

Estas jóvenes encarnan el corazón de la Casa Hogar Santa Julia: fuerza, ternura y determinación. Su éxito nos recuerda por qué la educación lo cambia todo.

— Hermana Ma. Angélica Duarte Gómez – Directora